martes, 31 de marzo de 2015

Uno.

Viajamos en un tren que ha tardado un año en llegar al destino. No es porque el trayecto fuera largo, es porque el invierno, los cambios de hora y tus continuos vaivenes han ralentizado todo el viaje.
Un solo viaje, un solo tren, un solo año y un tremendo alivio. 

Probablemente no notaste durante todo este tiempo los cambios. Posiblemente ni te percataste que me bajé justo antes de llegar al final; mi paciencia es tan diminuta que no tuve más opción que bajarme antes de llegar al destino.
Si en algún momento dejo ver el alivio que siento al saber que los trámites acabaron, que no te haga ver que las cosas están en su sitio con un solo viaje.
Recuerda que aún no nos hemos deshecho de manias intocables y que las fotos que fueron imborrables ahora no existen. 

Uno y más por las cosas que hicimos y deshicimos a la vez.