domingo, 21 de septiembre de 2014

Evolución.

Fuera hay lluvia y eso quiere decir que llegó el otoño. Igual que las estaciones del año avanzan, igual que una canción continua, igual deberíamos evolucionar nosotros.
Estancarse y no plantearse cambios hace que te hundas en la pena y la mala vida. Entiendo que la persona que te acompaña no te lo ponga fácil. A la mierda la compañía si no te aporta nada bueno.

Avanzar, caminar, evolucionar y todos los verbos que tengan que ver con seguir hacia adelante, todas las expresiones que impliquen nuevas metas y todas las sonrisas que signifiquen una vida repleta.
Y aléjate de la miseria, de los ambientes nebulosos, de la gente peligrosa. Deja atrás la rutina y oblígate a ver felicidad en cada detalle.
Y no creas que todo lo que haces, dices, piensas y das es insuperable. No lo creas porque en nada te darás cuenta que nadie es imprescindible, que nadie te mantiene de por vida y que cuanto más temprano des antes empezarás a no recibir.

Vive soñando. Vive persiguiendo tus sueños. Avanza viviendo. Evoluciona.

lunes, 15 de septiembre de 2014

En pie.

Si me lo pides, me atrevo. Y si me atrevo es porque me lo estás pidiendo.
Un ciclo que compartimos y del que no queremos salir si no fuera por los constantes riesgos que asumimos que no me dan ni miedo ni vértigo.

Ningun miedo al olvido. No hay prueba más fiable que la distancia para que alguien desaparezca, se esfume. Nada de vértigo a las subidas y bajadas, nada de eso porque cualquiera se cansa pronto de la monotonía. Sí me da rabia, me da rabia la lejanía que no la distancia. Y nostalgia en los sitios, las canciones y las fotos.
Seguimos descubriendo mundo y cruzando límites pero no mantenemos lo que debemos, por eso mi meta es quedarme de pie y resistir al vértigo y las espantadas.
De pie y queriendo tocar el cielo con la cabeza, los pies plantados en el suelo y mi corazón preparado para no desaprovechar los momentos.

Por eso si me los pides, me atrevo. Y me atrevo a no medir y sentir, sin ver y confiando en ti.