miércoles, 23 de septiembre de 2020

Fanatismo.

Normalizar esos celos enfermizos. Justificarlo  con la inseguridad en sí mismos. Dramatizar con todas la situaciones.

Entendernos en pareja es la clave para una convivencia fluida y justa para las dos partes.Y cuando te olvidas de admirar, respetar y trabajar en equipo, es ahí cuando volvemos a lo del inicio y normalizamos todo eso.


Ojalá viendo a otras personas perdiendo los papeles sin sentido, faltando el respeto y sin luchar, nos haga distinguir que nada de eso te hace demostrar amor.

La estabilidad psicológica es fundamental.

Todos necesitamos paz mental.


Admira a la persona que tienes al lado. Admírala por cómo se pone los calcetines, por su manía cuando cocina, por su constancia, por sus sueños. Admírala por todo.

Pruébalo y verás que eso sí que es amor.

lunes, 31 de agosto de 2020

Pudiendo ser diferente. Mostrando tu lado más canalla.

Temes no volver a la locura de los principios. Ese principio que te hace ser la tía más loca de todas.
Pero la locura llega y con ella un loco que pudiendo ser diferente... Pudiendo ser diferente, te muestra su lado más canalla.

Ni te atrevas a no querer arriesgar. Ni te arrepientas de ver la vida fácil. Ni llores por perder lo que no fue tuyo ni en los ratos de pasión.

Evidencia.

Deja de inventar, de fantasear, de imaginar, de pensar mal. Esto me digo a mí misma cada vez que no me cuadra lo que tengo delante y, por más que me lo repito, ninguna de las veces me sale bien.

Maldita locura la que sentimos cuando estamos juntos. Maldita inconsciencia la que me invade cuando pienso que me quedan varios días contigo. Está todo maldito, todo en ruinas y es porque no tienes cabeza. No te da para planificar, no te da para experimentar y tampoco te da para hacer las cosas bien de una maldita vez.

A veces me pregunto cuándo será el último día que deje de pensarte, de imaginarte, de inventarte. Me lo pregunto desde hace demasiado tiempo y te prometo que fantaseo con la respuesta.


Para cuando la tenga, me lo seguiré repitiendo. Para cuando vuelvas a aparecer, las invenciones y las fantasías serán otras. 

Para cuando sea.

lunes, 5 de agosto de 2019

Malos hábitos.

Digamos que es una aventura no pensar y reaccionar sin medir que pasará. Y puede que me mires desde lejos y tampoco midas tu pensamiento y actúes como nos gustaría.

Y no, no voy a caer. No volveré a jugar sin poder ganar nada desde el inicio.
No creeré palabras ni gestos de esos que se coleccionan. Tampoco momentos secretos que puedan parecer mantenernos durante una vida eterna.
No priorizaré tus manías y malos hábitos a mi cordura y saber estar. 
No me acostumbraré a la amargura y las horas muertas. Ni costumbre ni buenas caras a esto nunca más.

Podría explicártelo y detenerme una vez más a recapacitar juntos. Veríamos que hacer el camino cayendo es una aventura y que la mayoría de mis noes podrían ser tuyos también.
Podría hacer esto pero estás en otra hazaña que no te hará más gigante.

domingo, 1 de mayo de 2016

Y pensar.

Y pensar que todo tenía lógica, que cada paso que dábamos nos guíaba al futuro, que con los besos que teníamos nos era suficiente.

Pero, ya ves, ni lógica ni futuro ni suficiencias. Más bien, ya no ves. No vemos. No nos vemos. Porque ocupados en el yo jamás podremos ver al tú.

Y pensar que la búsqueda acabó en ti, que nos hacíamos fuertes con cada golpe, que te tenía y me tenías, que jamás estuve sola en el andén.

Pero no. No lo ves. Sigo buscando, me hago pequeña y corro despavorida y sola por la estación esperando el tren.

La felicidad me persigue y yo me empeño en avanzar más rápido que ella.

martes, 31 de marzo de 2015

Uno.

Viajamos en un tren que ha tardado un año en llegar al destino. No es porque el trayecto fuera largo, es porque el invierno, los cambios de hora y tus continuos vaivenes han ralentizado todo el viaje.
Un solo viaje, un solo tren, un solo año y un tremendo alivio. 

Probablemente no notaste durante todo este tiempo los cambios. Posiblemente ni te percataste que me bajé justo antes de llegar al final; mi paciencia es tan diminuta que no tuve más opción que bajarme antes de llegar al destino.
Si en algún momento dejo ver el alivio que siento al saber que los trámites acabaron, que no te haga ver que las cosas están en su sitio con un solo viaje.
Recuerda que aún no nos hemos deshecho de manias intocables y que las fotos que fueron imborrables ahora no existen. 

Uno y más por las cosas que hicimos y deshicimos a la vez. 

lunes, 23 de febrero de 2015

¿Fue por ti?

Hoy temblé y no fue por ti. No fue porque estuvieras a mi lado y menos aún porque me hicieras reír. Temblé y fue por el miedo que le tengo a la soledad. Lo pienso y el temblor se vuelve a adueñar de mí. 
No dudé que esto fuera difícil, tenerte tan lejos. Me mostraba ante ti y ante todos con una fuerza insuperable, haciéndome a la idea de que todo podía ser fácil si me mantenía firme. Tremenda mentira. No pude asegurarte que no tuviera días débiles y mis recuerdos solo fueras tú. No te lo pude asegurar a ti pero tampoco pude asegurármelo a mí misma. Si tengo días franqueables es porque a tu lado me siento enorme y no le tengo miedo a la soledad. 

Me recuerdo constantemente que a este oasis en el desierto cada día le queda menos vida. Cuando todo vuelva a ser desierto nos sentiremos pequeños teniéndonos tan cerca y querremos otros cuantos kilómetros más para temblar. 

Por eso me mantengo, hoy temblé y no sé si fue por ti.