Arrástrate por la vida de quien te importa. Muévete con toda la energía que llevas dentro cada vez que te rodees de gente increíble. Haz de cada palabra, mirada o baile un auténtico chiste.
Y quien te mire pensando que se te fue la cabeza, engánchalo y mételo en la fiesta de tu vida. A quien no te mire ni quiera saber de tu locura, mándalo a morder el suelo.
Porque el estrés y la mala hostia dejan el cutis horrible. Y morder el suelo no les iría mal a esos que buscan los fallos y no ven el lado bueno a nada.
Porque las sonrisas son necesarias cada día. Y morder el suelo les iría genial a los que no sonríen.
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