viernes, 27 de junio de 2014

Muerde el suelo.

Arrástrate por la vida de quien te importa. Muévete con toda la energía que llevas dentro cada vez que te rodees de gente increíble. Haz de cada palabra, mirada o baile un auténtico chiste.
Y quien te mire pensando que se te fue la cabeza, engánchalo y mételo en la fiesta de tu vida. A quien no te mire ni quiera saber de tu locura, mándalo a morder el suelo.

Porque el estrés y la mala hostia dejan el cutis horrible. Y morder el suelo no les iría mal a esos que buscan los fallos y no ven el lado bueno a nada.
Porque las sonrisas son necesarias cada día. Y morder el suelo les iría genial a los que no sonríen.



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